Nuestra Señora del Carmen, Patrona de Salinas
La advocación de María Santísima del Monte Carmelo ha estado ligada al pueblo de Salinas desde los orígenes de este. Con la llegada de los primeros veraneantes a la colonia se construye en 1886 al principio de la actual calle Ramón y Cajal el primer templo de Salinas, una capilla en honor a la Virgen del Carmen. Tres años después, en 1889, se crea por Real Orden la Coadjutoría de Nuestra Señora del Carmen dependiente de la Parroquia de San Martín de Laspra. Existen fotografías que reflejan la celebración de su festividad, el 16 de julio, en los exteriores de la capilla, y crónicas de la revista del Centro Asturiano de la Habana del año 1917 que hablan ya de la Procesión de la Virgen.
Con el crecimiento de Salinas llega la construcción de un nuevo templo, que tendrá también como titular a la Santísima Virgen del Carmen, y cuyo Altar Mayor se bendice en el año 1940. Será en el año 1959 cuando el Arzobispo de Oviedo, por aquel entonces, el Exmo. Sr. Dr. D. Francisco Javier Laucirica y Torralba, erige la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen, desmembrándola de la de San Martín de Laspra.
En el año 2021,durante el pontificado de SS el Papa Francisco, después de más de 100 años de constante devoción, la Santísima Virgen, bajo la advocación de Nuestra Señora del Carmen, fue declarada Patrona Apud Deum por la Congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, siendo Arzobispo de Oviedo, el Exmo. Sr. D. Jesús Sanz Montes OFM, párroco, el Rvdo. D. Agustín González Morera y Hermano Mayor, D. Lucas Oraá Santos.
Los orígenes de la veneración a la Virgen del Carmen.
La veneración remonta al grupo de ermitaños que, inspirados en el profeta Elías, se retiraron a vivir en el Monte Carmelo, considerado el jardín de Israel. Estos devotos, después de las cruzadas, formaron en Europa la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (carmelitas). El Monte Carmelo, situado en la actual Israel, ha sido un sitio de devoción religiosa desde la antigüedad. En el Antiguo Testamento se le menciona con el nombre de Hakkarmel (lugar del jardín), en el libro del profeta Isaías como un lugar de gran belleza y aparece también en relación al profeta Elías. No aparece, sin embargo, en el Nuevo Testamento.
Según la tradición carmelita, el 16 de julio de 1251, la imagen de la Virgen del Carmen se le había aparecido, a San Simón Stock, superior general de la Orden, a quien le entregó sus hábitos y el escapulario, principal signo del culto mariano carmelita. Según esa tradición moderna, la Virgen prometió liberar del Purgatorio a todas las almas que hayan vestido el escapulario durante su vida, el sábado siguiente a la muerte de la persona y llevarlos al cielo. Esta veneración recibió reconocimiento papal en 1587 y ha sido respaldada por los Pontífices posteriores, en especial lo referente al escapulario.
España es uno de los países donde más arraigada se encuentra esta advocación. Los pescadores han nombrado a la Virgen del Carmelo su fiel protectora y, además, la Marina Española le ha concedido el título de Patrona. Por esta razón, la Virgen del Carmen es conocida como “la estrella de los mares” (Stella Maris).
En el Capítulo General de Londres (1254) se dio la orden de fundar en España y como consecuencia, hacia 1270, se llevaron a cabo las primeras fundaciones en algunas de las más importantes ciudades de la Corona de Aragón. Su iniciativa fue impulsada por monarcas como Jaime I (1213-1276) o su nieto Jaime II. En la Corona de Castilla la primera fundación fue en Valladolid, en el convento de San Pablo de la Moraleja (1315).5 Su propagación fue rápida por toda la península ibérica, llegando a Sevilla en 1358, ciudad desde la que se impulsará la creación de la destacada Provincia Bética Carmelitana, en 1499. En esta época empezarán a surgir las primeras comunidades femeninas de religiosas carmelitas en todo el territorio. Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, también durante el siglo XVI, introdujeron profundas reformas en el seno de la Orden dando origen a los “Carmelitas Descalzos”, una nueva congregación más austera que se separa de la orden matriz, la cual pasó a llamarse “Carmelitas Calzados” o de la “Antigua Observancia”. A pesar de esta división, continuaron en siglos sucesivos su camino espiritual por todo el mundo.